Una duda que se repite en muchos foros dedicados al coaching tiene que ver con la estructura del proceso, sobre la existencia de una «general» o si esta ha de ser creada según las necesidades que presente el pupilo. En mi opinión, la estructura del proceso va a ser siempre (o en el 90% de los casos) la que os presento a continuación, variando según las necesidades del alumno, los tiempos y contenidos de cada una de las partes.

1. Reunión inicial y descripción de la situación deseada: Es la piedra angular sobre la que vamos a construir nuestro edificio. Hay que ser muy claro en este primer encuentro, estudiar cual es la meta propuesta, ver si es realista y evaluar si nuestro pupilo cuenta con las aptitudes y actitudes necesarias para alcanzarla.

2. Descripción de la situación actual: De nuevo, la sinceridad ha de ser nuestro método de trabajo, pues en esta descripción hemos de evaluar cuales son las áreas de mejora que ha de afrontar el coachee y qué dificultades creemos que va a encontrarse en el proceso de superación. Hay que ser muy analítico y evaluar bien los tiempos que creemos que va a llevar el proceso. Si el desarrollo de una capacidad de la que se carece en el momento del análisis, creemos que va llevar semanas, meses o años, hemos de ser sinceros a la hora de comunicarlo, no hacerlo de una manera clara, puede generar frustración y fracaso.

3. Establecer opciones y recursos: ¿Qué caminos conducen a la meta y con qué recursos contamos para alcanzarla?

4. Redactar un plan de acción: ¿Qué «hoja de ruta» vamos a seguir?, ¿como va a ser el «día a día» de nuestro proceso? Es esencial poner por escrito cómo se va a desarrollar el proceso y en qué va a consistir, diseñarlo y cuantificarlo.

5. Control y seguimiento de los resultados: Hay que ver cuales y cómo son los resultados que vamos alcanzado. De su evaluación inferiremos si vamos en la dirección adecuada, cumpliendo los tiempos previstos o si hay que dedicar nuestros esfuerzos a algún aspecto que ha ganado importancia según ha ido desarrollándose el camino.

Este esquema, en cinco puntos, es válido en la mayoría de las ocasiones, como os decía al principio, como veis es lógico y coherente y no demasiado extenso, lo que hace que sea fácil de seguir.

Espero que estas tres entradas que hemos dedicado esta semana a coaching os sean útiles y os hayan permitido clarificar las posibles dudas que tuvierais respecto a conceptos básicos. Si queréis que amplíe información sobre algún aspecto concreto, sólo tenéis que decírmelo.

Gracias por leerme.

Alicia.