Tal y como comentábamos con anterioridad, al hablar de procesos de coaching, la reunión inicial es fundamental para evaluar las posibilidades de éxito. Depende mucho de las sensaciones que nos transmita el coachee, que decidamos seguir adelante con el proceso o que lo enfoquemos de una u otra manera. Como decíamos, la reunión inicial «Es la piedra angular sobre la que vamos a construir nuestro edificio. Hay que ser muy claro en este primer encuentro, estudiar cual es la meta propuesta, ver si es realista y evaluar si nuestro pupilo cuenta con las aptitudes y actitudes necesarias para alcanzarla.» Por ello es muy importante tener claro, desde el principio, que podemos ofrecer a nuestro pupilo y que podemos esperar de él.
Por nuestra parte, hemos de tener presentes los siguientes aspectos:
– ¿Podemos ofrecer la ayuda que requiere, en este momento, esta persona en concreto?: Es la primera evaluación que hemos de realizar y hemos de llevarla a cabo mientras dura la reunión inicial. Hemos de ser sinceros con nosotros mismos y contestarnos sin caer en trampas lógicas o semánticas. No valen los condiconados. ¿Podemos empezar a trabajar con el «material» que tenemos delante? Sí o no.
– ¿Existe un compromiso por parte del aspirante a coachee?: Vamos a exigir tiempo y coherencia. En un proceso serio la palabra dada es sagrada. No valen aplazamientos o incumplimientos en el calendario pactado por falta de interés.
– ¿Tiene claros los objetivos y cual es tu papel en la consecución de los mismos?: Si no es así, no debemos de comenzar. Una cosa es que durante nuestro trabajo se vean modificados por ajustarse a la realidad del momento y otra muy diferente es que no estén claros y por tanto entremos en un proceso en el que va a ser prácticamente imposible medir el progreso.
Si las tres preguntas reciben una respuesta positiva, podemos iniciar el proceso, si alguna de ellas recibe una respuesta negativa, deberíamos de analizar, con calma, a qué es debido y ver si se puede transformar en afirmativa, si no es así, no tiene sentido comenzar.
Como véis, la sesión inicial tiene una importancia capital para el desarrollo exitoso de proceso. Mi recomendación es que hagáis caso a las sensaciones que os transmita el potencial pupilo que tenéis ante vosotros y que, ante la duda, pospongáis la toma de la decisión sobre el inicio y evaluéis pros y contras. Es mejor no comenzar el coaching que dejarlo a medias.
Gracias por leerme,
Alicia.
Alicia Castillo Llorens, una destacada abogada con número de colegiación 5089 del Colegio de abogados de Valencia, ha acumulado una valiosa experiencia de más de 40 años ejerciendo como letrada en pleno ejercicio de la profesión.