Hace poco, a raíz de una herencia, un cliente se planteaba la posibilidad de dividir en dos el inmueble que había recibido y segregar las viviendas resultantes, ya que poco tenía que el número de integrantes de su familia y la superficie de la casa que había heredado.

Este no es un caso muy habitual hoy en día, pero se da de vez en cuando, así que me dispuse a asesorarlo y esta misma semana dieron comienzo las obras.

Si soís propietarios de una vivienda que se os ha quedado grande, que no usaís, que no podéis vender o alquilar porque su tamaño y precio disuade a posibles compradores o inquilinos, y queréis reducir su tamaño y segregar una parte,  debéis de seguir los siguientes pasos:

1. Aseguraros de que además de dividir físicamente el espacio y dotarlo de una entrada independiente, queréis segregarlo, es decir, convertir el resultante de la división en una entidad legal independiente, que pueda ser vendida y/o alquilada, sin tener relación con el inmueble original.

2. Informaros de que el Ayuntamiento lo permita y en qué condiciones y generar y presentar la documentación necesaria para obtener la licencia de obras.

3. Preguntar a vuestro Administrador de Fincas, qué establecen los Estatutos de la Comunidad de Propietarios al respecto de la segregación, si es necesaria la autorización previa de la Junta y en qué condiciones. Es posible que se necesite el voto favorable de las 3/5 partes de los propietarios, que a su vez representen un mínimo de las 3/5 partes de cuotas de participación. Si es así, sería interesante convocar una reunión, formal o informal, para explicarles el proyecto en detalle y solicitar su voto favorable.

4. Una vez obtenidos todos los permisos y votos (estos últimos, en caso de ser necesarios), habrá que solicitar al Administrador que calcule los nuevos coeficientes resultantes del proceso y convocar una Junta de Propietarios para informar de los mismos. Si las nuevas cuotas de participación, no alteran las existentes en conjunto, no hace falta que se aprueben por unanimidad.

5. Antes de comenzar las obras y dado que se trata de obras mayores, que van a implicar ruido y suciedad, durante, al menos unas semanas, mi consejo es que habléis con los vecinos que puedan verse más afectados directamente, por ejemplo las puertas circundantes, las superiores y las inferiores, e intentéis pactar con ellos, un horario de trabajo que no les moleste en exceso y respetando siempre la legalidad vigente y sobre todo, el sentido común. Este tipo de obras, pueden generar tensiones, que tardan mucho en reconducirse.

Y como os digo en todas las entradas que escribo, si os puedo ayudar en algo, será un placer, sólo tenéis que poneros en contacto conmigo.

Gracias por leerme,

Alicia.